¿Cómo administrar mejor tu tiempo y dejar de procrastinar?
Administra mejor tu tiempo
Si deseas empezar a emplear mejor tu tiempo, lo primero que debes preguntarte es: ¿cómo te sientes respecto al tiempo? y ¿cómo te refieres a él?
Eres de las(os) que piensa:
¡Nunca tengo tiempo!
¡Me faltan horas al día!
¡No puedo hacer nada más, no llego!
O ¿eres de las(os) que se siente mal al final del día, porque crees que no te ha cundido?
Pues tengo buenas noticias para ti, tienes la posibilidad de cambiar la relación que tienes con el tiempo desde ahora mismo. Tú creas el tiempo. Todo se basa en la percepción que tengas de él y cómo lo manejes.
Piensa una cosa, todas(os) tenemos las mismas horas al día, entonces ¿cómo es que hay personas que pueden hacer tantas actividades durante el día? La razón es, porque crean el tiempo para hacerlas, y tu también puedes hacer lo mismo. Deja de sentir que el tiempo es el que tiene el control de tu vida y toma tu el control.
TE PROPONGO ESTOS PASOS PARA QUE ADMINISTRES MEJOR TU TIEMPO.
1. Si solo la idea de administrar mejor tu tiempo te agobia, enfócate en tu respiración; respira profundamente, llena tu estomago de aire y luego suéltalo suavemente, hazlo varias veces durante el día. Cuando respiras con tu estomago conectas con tu sistema nervioso parasimpático (el encargado de mantener un estado corporal de relajación y de disminuir el estrés del organismo). Así cada vez que respires profundamente, te relajarás, te sentirás más calmada y más presente.
Esta acción tiene un efecto muy positivo en tu día, porque cuando te sientes calmada(o) ves lo que sucede a tu alrededor desde una perspectiva diferente, con una actitud más tranquila, intuitiva, lo que te permite tomar mejores decisiones y realizar tus tareas fácilmente, sin agobiarte.
2. En vez de estar hablando todo el rato de que no tienes suficiente tiempo, conecta tu energía con la tierra y reconoce que el tiempo es lo que haces de él. Di en voz alta: “yo creo el tiempo” y “tengo todo el tiempo que necesito.” Al principio no sentirás que estás afirmaciones son verdaderas, pero comienza a decirlas y a programarte para pensar de esta manera, pronto notarás los cambios.
3. Escribe en que empleas tu tiempo cada día. Esta lista debe incluir cuidado personal (ducharse, vestirse, peinarse...) trabajo, responsabilidades familiares (cocinar, limpiar, hacer deberes con los niños...) deporte, tiempo usado en; internet, redes sociales, viendo la tele, leyendo y todo lo demás que hagas durante el día. Lo importante es que seas honesta(o) y específica(o) con los tiempos y tareas. Esto te ayudará a saber en que estas invirtiendo tu tiempo y a realizar los cambios necesarios para que puedas tener “tu día ideal.”
Si te cuesta escribir la lista cada día o crees que no serás totalmente honesta(o), te propongo que vigiles de cerca todas las actividades que hagas un día en concreto. Para conseguirlo, debes planear ya mismo en tu agenda que día va a ser, asegúrate de tener a mano: papel y boli para escribir todo lo que vayas haciendo. Por ejemplo: cada vez que cojas tu móvil para mirar las redes sociales, o leer noticias, toma nota de ello e incluye la hora que lo coges y la hora que terminas. Aunque solo hagas el ejercicio durante un día, te será de gran ayuda para saber más o menos en que inviertes tu tiempo.
4. Escribe los cinco objetivos que más tengan prioridad en tu vida, deben ser de concepto general como, por ejemplo:
1. Realizar un trabajo consciente, que inspire a otros.
2. Tener salud física, mental y emocional.
3. Disfrutar de amistades autenticas que te apoyen.
4. Ser altruista y generosa(o).
5. Viajar e interactuar con otras culturas.
Después de terminar la lista, compárala con la lista de las actividades que realizas durante el día y pregúntate ¿están mis actividades diarias alineadas con mis objetivos? Si la respuesta es sí, felicidades.
Pero si la respuesta es no, trata de eliminar o cambiar la actividad que no se alinee con tus prioridades. La idea es que todas las actividades que realizas se alineen con tus objetivos. Recuerda, lo importante es que lo hagas lentamente, sin que te cause estrés o frustración, respira profundamente.
5. Enfócate en tres labores diarias y realiza la que más te cueste primero. Esta es la base para planear tu día ideal. Cuando digo labores, no me refiero solamente a algo relacionado con el trabajo. Tu día ideal puede ser; meditar, ir al trabajo, luego volver y hacer la cena para tu familia.
La verdad es que casi todas tenemos más de tres labores diarias por hacer, pero la idea principal aquí es te concentres en lo más importante primero y luego en las cosas menos importantes. Aprende a priorizar.
6. Usa el calendario para tomar nota de las cosas que tienes pendientes de hacer, en vez hacer una lista. Si lo tienes en el calendario tendrás más oportunidades de hacerlo, porque habrás reservado un tiempo especifico para ello.
Cuando se trate de un proyecto grande, asegúrate de separarlo en pequeñas tareas, así te será más fácil saber que parte te toca realizar cada día y a que hora.
7. Aprende a delegar, ¡si quieres poder incorporar otras actividades en tu vida que consideres importantes, delega! Todas(os) necesitamos ayuda, no somos superheroínas o superhéroes. Busca el apoyo de tus hijos/hijas, esposo, compañero(a), padres, amigas(os)... siempre habrá alguien a tu lado que esté dispuesto a ayudarte. No temas pedir ayuda.
8. Consigue un(a) compañero(a) con el/la que puedas compartir tus intenciones y tareas pendientes en tu calendario, así te sentirás más motivada(o) para llevarlas a cabo, tu compañero(a) también puede hacer lo mismo contigo y sería mucho más divertido, podrían reunirse una vez por semana.
9. No pretendas que todo salga “perfecto” la vida cambia constantemente, puede salir algo inesperado o te puedes distraer haciendo otras cosas, lo que podría cambiar todo el plan que tenías diseñado. No seas dura(o) contigo misma(o), no te critiques, somos humanas(os). Lo importante es que te mantengas motivada(o) para cumplir tus objetivos.
Gracias por estar aquí, espero que hayas podido cambiar la idea que tenías del tiempo y puedas administrarlo mejor.
Un abrazo,
Pauli