¿Qué es el estrés y cómo puedes reducirlo?
¿Qué es el estrés?
El estrés es como tu cuerpo responde ante algún problema u obstáculo. Existen muchos factores que nos pueden llevar a tener estrés: laboral, actividades físicas, el ambiente familiar, las relaciones, así como cualquier acontecimiento o cambio en nuestra vida.
El estrés puede ser físico, mental o emocional.
Tipos de estrés: momentáneo o crónico
· Estrés momentáneo: se refiere al estrés que experimentamos por un determinado tiempo, cómo el que sentimos cuando nos estamos preparando para un examen importante, una entrevista, presentación o cuando vamos tarde a una cita y estamos atascados en el tráfico.
· Estrés crónico: este tipo de estrés es experimentado de una forma constante durante un periodo prolongado, de meses o años. El estrés crónico hace estragos en nuestra salud, creando un estado de inflamación asociado con una gran variedad de enfermedades crónicas.
¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando nos estresamos?
Estamos mentalmente programados para buscar protección cuando sentimos estrés, por lo que cuando surgen factores desencadenantes de estrés, el sistema nervioso simpático prepara el cuerpo para la acción y para que te protejas. El problema es que el cuerpo no conoce la diferencia entre el estrés que te causa una situación de vida o muerte y el que te causa un problema en el trabajo. Él simplemente te pone en modo alerta: entras en pánico, tu cerebro activa tus glándulas suprarrenales para que segreguen glucocorticoides; cortisol y adrenalina (aumenta tu frecuencia cardiaca, contrae tus vasos sanguíneos, aumenta el azúcar en la sangre, sudas...) preparan tu cuerpo para enfrentar el peligro.
Después de la respuesta de alarma, el cuerpo trata de volver a un estado de reposo, pero cuando las reacciones del cuerpo han sido muy fuertes o muy seguidas, tu cuerpo se mantendrá en estado de alarma y con el tiempo aprenderá a coexistir con estos factores estresantes. Esto tiene efectos muy perjudiciales para la salud, baja tus defensas y te hace más propenso a enfermarte. Al cabo de un tiempo de vivir en constante alarma, tus recursos de emergencia empiezan a acabarse, te sientes agotado y sin fuerzas para afrontar el día a día de la vida.
Es importante saber que, así como el sistema nervioso simpático nos pone en alerta, el sistema nervioso parasimpático nos permite frenar el estado de alerta, ayudando a nuestro cuerpo a ahorrar energía y a descansar. El equilibrio entre estos dos sistemas es crítico para nuestro bienestar. Desafortunadamente, con la vida tan ajetreada que llevamos, siempre vamos corriendo de un lado a otro, estamos constantemente en “modo pánico” por todas las preocupaciones del día a día.
El estrés crónico perturba el equilibrio que necesitamos para tener una buena salud, también acelera el proceso de envejecimiento y nos hace más propensos a tener enfermedades.
La forma en que percibimos el estrés puede variar de una persona a otra, así como la intensidad con la que lo sentimos. Esto depende de las experiencias que hayamos vivido en nuestra vida, de los mecanismos de defensa que tengamos y de la situación actual que vivimos.
El estrés en pequeñas dosis puede ser beneficioso, pues nos ayuda a enfocarnos y a motivarnos cuando necesitamos realizar cierta actividad que se nos dificulta. También podemos sentir un poco de estrés cuando nos pasan cosas emocionantes: cambiar de trabajo, preparar nuestra boda o comprar una casa...
¿Qué puedo hacer para reducir los niveles de estrés?
Calmar el sistema nervioso simpático.
Disminuir la cafeína
Hacer respiraciones desde el diafragma, exhalando suave y lento
Meditando por lo menos cinco minutos cada día
Practicando actividades restauradoras basadas en la respiración: yoga, tai chi, chi kung...
Conecta con la naturaleza
Viviendo el presente “siendo mindfull”
Organizando tu espacio de trabajo
Manteniendo tu casa limpia y ordenada
Planeando y priorizando tus actividades en una agenda
Aprendiendo a delegar
Espero que esta información te sea útil y puedas reducir tus niveles de estrés.
Un abrazo,
Pauli